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Braille y Tecnologías para la Discapacidad Visual

La verdadera historia de Louis Braille, un Programador ante litteram

Actualizado el 02/07/2025 08:00 
 

Consideramos que Louis Braille puede ser considerado un programador ante litteram: no solo por emplear seis puntos análogos a un código binario, sino también por anticipar una lógica afín a la de los verdaderos programadores actuales.

Louis Braille nació el 4 de enero de 1809 en Coupvray, en una Francia que atravesaba profundos cambios en múltiples aspectos. Europa aún estaba marcada por las consecuencias de la Revolución Francesa y el ascenso de Napoleón Bonaparte. Las guerras napoleónicas habían rediseñado las fronteras y transformado las dinámicas de poder en toda Europa, contribuyendo a un Clima de inestabilidad y renovado nacionalismo. La Revolución había cuestionado los privilegios de las viejas jerarquías, impulsando el surgimiento de una burguesía ascendente y un renovado interés por los derechos de las personas que se desplazaban del campo hacia los principales centros urbanos. Aunque aún estaba lejos una comprensión plena del concepto de inclusión, especialmente respecto a las personas pobres con discapacidad, comenzaba a abrirse paso la conciencia de la necesidad de sistemas alternativos a los caritativos de origen religioso. El objetivo era garantizar un acceso más amplio a la asistencia y la educación para los grupos marginalizados de una sociedad sacudida por profundas transformaciones. De hecho, los inicios del siglo XIX marcaban también la transición hacia una sociedad más moderna, con los primeros indicios de la Revolución Industrial que, aunque en Francia eran menos avanzados que en Inglaterra, ya empezaban a transformar las estructuras sociales, económicas, culturales, científicas y técnicas.

Los comienzos del siglo XIX estaban aún fuertemente influenciados por la Ilustración, que había promovido un enfoque riguroso del conocimiento y una confianza en las capacidades de la ciencia y la razón. Valiéndose de la fuerza de la razón empírica y el conocimiento científico, el movimiento ilustrado pretendía llevar la mente de los seres humanos, hasta entonces caracterizada por la ignorancia y la superstición, a una suerte de iluminación del pensamiento, donde el ser humano expresara racionalmente todo su intelecto. No es casualidad que a lo largo del siglo XVIII, los nuevos hospitales comenzaran a transformarse, pasando de ser lugares de atención básica para enfermos a convertirse en centros declarados de innovación e investigación médica, además de ser el principal espacio para la instrucción y formación de los futuros médicos. Igualmente, no es casualidad que, en el mismo periodo histórico, en 1784 en París, Valentin Haüy fundara el primer instituto del mundo para la educación de ciegos, el Institut National des Jeunes Aveugles, que se planteaba el noble objetivo de brindar asistencia y formación a jóvenes ciegos. Posteriormente, se fundaron otros institutos similares por toda Europa y luego en el mundo.

Louis Braille nace dentro de este escenario social y cultural. Aunque no podemos atribuir al joven Braille, además ciego, una cultura práctica que razonara sobre las implicaciones de un sistema de numeración distinto al decimal, no podemos descartar una correlación con los cambios que en ese mismo momento estaban ocurriendo en la sociedad. Después de todo, cuando múltiples ámbitos de la sociedad responden simultáneamente a los cambios, influyéndose mutuamente, puede decirse que entran en resonancia.

En cierto modo, podemos aventurarnos a decir que, indirectamente, también la mente del adolescente Louis entra en resonancia con el resto de la sociedad y es iluminada por la lógica expresada un siglo antes por el matemático y filósofo Gottfried Wilhelm Leibniz, filosofía y matemática que habían tenido todo el siglo XVIII para asentarse en la ciencia y la técnica de entonces. En efecto, en 1703 Leibniz había publicado un tratado en el que explicaba cómo todo número podía representarse utilizando solo dos cifras: 0 y 1.

Aunque la aplicación empírica del sistema binario se desarrolló plenamente solo en el siglo XX, con el advenimiento de las computadoras, es cierto que no tenemos pruebas documentadas de que Louis Braille asimilara o aplicara conscientemente las teorías de Leibniz. Sin embargo, desde un punto de Vista sociocultural, es posible sostener que el sistema Braille representó una de las primeras manifestaciones modernas del sistema binario, siendo una aplicación concreta y funcional ante litteram del mismo.

Hoy, la narrativa oficial del Braille que conocemos nos relata la historia del oficial francés Charles Barbier, quien presenta su innovador método, conocido como "escritura nocturna" (écriture nocturne), en el Instituto Nacional de Jóvenes Ciegos de París. La idea central de este sistema era crear un código táctil capaz de transmitir mensajes militares de forma cifrada, mediante símbolos en relieve legibles al tacto incluso en completa oscuridad. En este contexto, Louis Braille entra en contacto con el método de Barbier y en fricción con su autor. Inspirado por esta innovación, Braille intuye la posibilidad de transformar el método de comunicación militar, dando vida a un sistema de lectura y escritura táctil para ciegos que, con el tiempo, se universalizaría como Braille.

El párrafo anterior representa el relato promocional del Braille, elaborado principalmente por dos autores con un siglo de diferencia: Alexandre-René Pignier en 1859 y Pierre Henri en 1952.

Pignier sitúa temporalmente el encuentro entre Braille y Barbier doce años antes de que ocurriera realmente, escribiendo la hagiografía de un "pequeño héroe" que inventa un sistema de escritura para ciegos. Henri, un siglo después, enriquece la historia con conjeturas carentes de respaldo documental. Luego, todos los demás autores amplificaron y añadieron detalles a la narrativa, convirtiendo un supuesto encuentro en conflicto y un talento indiscutible en genialidad.

Es crucial aclarar que nuestro propósito no es en absoluto menoscabar la figura de Louis Braille ni su contribución fundamental a la historia de la escritura y lectura para personas ciegas. Más bien, aspiramos a devolver a la narrativa histórica una dimensión auténtica y verificable, que valore la complejidad de los eventos y protagonistas involucrados.

Sobre los roles de Barbier y Braille, los documentos históricos nos revelan otra realidad. De hecho, el método que inspiró a Louis Braille nunca fue concebido para uso militar, sino creado específicamente para personas no videntes. Charles Barbier no lo presentó en la Institution Royale des Jeunes Aveugles; es Pignier, en su ensayo (póstumo tanto a Braille como a Barbier), quien inventa un encuentro con Barbier durante la adolescencia de Braille, donde el joven señala los defectos del método.

En realidad, Charles Barbier tuvo una breve carrera militar (1784-1792), pero dedicó décadas a desarrollar y promover métodos estenográficos de escritura concebidos específicamente no solo para personas con discapacidad visual, sino también para personas en situación de pobreza sin acceso a educación formal. Barbier, para ciegos, inventó en 1815 tanto una escritura basada en puntos como sus herramientas: el punzón romo, la regla acanalada para alinear puntos y una guía móvil para mantenerlos verticales.

Su mente concibió el método de escritura táctil con puntos, aunque sin pruebas de su eficacia para lectura/escritura. Tras publicarlo, Barbier lo envía al Instituto de Jóvenes Ciegos, pero el director, Sébastien Guillié, lo rechaza. Posteriormente, en 1821, Guillié es despedido y sustituido por el Dr. Alexandre-René Pignier. Barbier vuelve a escribir a la escuela enviando información sobre su método. Pignier reacciona con ambigüedad: responde a Barbier manteniéndolo a distancia, pero muestra el método al Consejo Directivo y luego a los estudiantes.

Braille, alumno del Instituto, no es un genio aislado que toma una invención destinada a otro fin y la transforma en un sistema revolucionario. No está "solo" en sus esfuerzos ni lucha contra un establecimiento hostil. Por el contrario, es uno de los estudiantes que aprovecha el método de Barbier y, crucialmente, cuenta con pleno apoyo: colabora con compañeros y docentes para perfeccionar el sistema concebido específicamente para no videntes. Cuando Barbier y Pignier finalmente se encuentran en persona (19 de junio de 1821, no en una presentación pública), el método de Barbier ya está en uso en el instituto.

“Aquellos que son ciegos de nacimiento, privados, como otros ciegos, de los medios para leer libros y escribir, encuentran las mayores dificultades para trazar correctamente las letras convencionales; se limitan a usar métodos de correspondencia especiales reservados para ellos y para quienes se toman la molestia de aprenderlos. En estas circunstancias, la escritura por puntos mostrada en la Lámina VII, ejecutada sin tinta ni lápiz con un punzón metálico que imprime puntos regulares perceptibles al tacto y permanentes, parece ofrecer las mayores ventajas, pero solo en los institutos dedicados a su instrucción podrían determinarse correctamente los resultados.” (Charles Barbier, 1815)

Hemos afirmado que Louis Braille es un programador ante litteram. Tras reorganizar los hechos históricos, nuestra afirmación sigue siendo válida. En 1821 Louis tiene doce años; en el Instituto conocen un nuevo sistema de escritura que permite a todos los alumnos escribir y leer, aunque sea un sistema mejorable. Antes de la escritura por puntos, los pequeños internos sabían escribir como lo hace una persona vidente, pero no podían releer lo escrito. Leían los volúmenes con letras cursivas en relieve ideados por Haüy, pero fuera del Instituto carecían de oportunidades y soportes para hacerlo. En este contexto, el método de Barbier cambia radicalmente la vida de los estudiantes.

Ahora saltamos doce años adelante. Charles Barbier conoce el método desarrollado por Louis Braille recién en 1833. Desde 1821, Louis Braille y sus compañeros mejoran el "método n.° 7" de Barbier, transformándolo en el Braille de 6 puntos que aún hoy conocemos. En 1829, Pignier publica el primer tratado sobre el nuevo método con el título: “Procédé pour écrire les paroles, la musique et le plain-chant au moyen de points, à l'usage des aveugles et disposés pour eux”. El autor es Louis Braille.

El 29 de marzo de 1833, Barbier escribe a Pignier solicitando una copia del método Braille. El 31 de marzo, tras leerlo, Charles Barbier felicita a Louis Braille por carta. Ambos mantienen un intercambio epistolar amistoso. El 10 de junio, Braille visita a Barbier en su residencia: se encuentran por primera vez.

Creemos que cada persona es hijo de su época. La pregunta que a menudo nos hacemos es: si Louis Braille y Charles Barbier no hubieran mejorado e inventado un sistema de lectura/escritura para personas con discapacidad visual, ¿habría surgido un sistema similar en otro lugar y momento? Nuestra respuesta es un rotundo "sí". «Es claro que Louis Braille es para los ciegos un símbolo, el símbolo del ciego que libera de un obstáculo a sus compañeros de desgracia», escribe Pierre Henri. Esta afirmación no solo resuena con profunda verdad, sino que refleja también la intención del ensayo de Pignier de 1859: ofrecer a los ciegos una identidad y un arma capaz de derribar barreras culturales y sociales, allanando el camino hacia una emancipación real.

La sociedad de la época era un crisol de ideas. En todos los ámbitos —social, cultural, científico, técnico— ocurrían transformaciones e innovaciones, expresiones de aquel fermento iniciado con la Ilustración del siglo anterior. Por ejemplo, el pensamiento kantiano, con su énfasis en la autonomía de la razón y la importancia del uso crítico y liberador de la mente, encaja naturalmente en este marco, pues es una de las fuentes que contribuyen a crear un Clima cultural donde la racionalidad y la innovación son consideradas herramientas esenciales para el progreso humano.

Kant, especialmente a través de sus obras Crítica de la razón pura y Crítica de la razón práctica, promovió la idea de que el hombre podía emanciparse de las limitaciones impuestas por tradiciones y dogmas, confiando en su capacidad racional para comprender y mejorar el mundo. Este espíritu de confianza en la razón humana y en la posibilidad de innovación impregnaba la sociedad, estimulando un enfoque crítico y creativo incluso en campos que, entonces, podían parecer ajenos a la filosofía.

En este contexto, la ingeniosidad de Charles Barbier y Louis Braille al concebir un sistema de lectura/escritura para no videntes puede verse como un reflejo de aquel Clima intelectual, que incentivaba a superar barreras tradicionales y buscar soluciones innovadoras para problemas complejos.

El método inventado por Charles Barbier, tomando prestada una terminología informática, hoy diríamos que tiene baja usabilidad. La índole de programador de Louis Braille (y de sus compañeros del instituto) emerge precisamente en este momento. Inspirado por la necesidad de hacer la escritura táctil más accesible, observó las críticas del método de Barbier y, como un hábil programador, decidió "reorganizar" el sistema. Redujo la complejidad pasando de una celda de 12 puntos a una de solo 6 puntos, dispuestos en 2 columnas de 3. Esta modificación no solo simplificó el código de escritura táctil, sino que mejoró significativamente su legibilidad y velocidad de ejecución: las personas ciegas podían leer y escribir de manera más fluida y eficiente.

Así como un programador se dedica a optimizar código para reducir errores, aumentar el rendimiento y hacer el sistema más intuitivo, Louis Braille aplicó una lógica innovadora y racional para transformar la solución de Charles Barbier —concebida expresamente para las necesidades comunicativas de los no videntes— en un método universal de lectura y escritura. Su capacidad para simplificar y mejorar el sistema es un claro ejemplo de cómo el ingenio y la visión pueden anticipar desarrollos tecnológicos y conceptuales. Usando terminología informática, diríamos que Louis Braille "optimizó" el sistema, haciéndolo extremadamente funcional. Su lógica, racionalidad metódica y capacidad de optimización —encarnadas en la elección binaria de puntos— lo configuran como un programador ante litteram, comparable a un ingeniero de Software moderno.

Al mismo tiempo, no puede dejar de celebrarse a Charles Barbier, a quien con este breve artículo hemos intentado restituir sus merecidos créditos: pionero benefactor e inventor que, con el valor de desacoplar puntos del papel para convertirlos en escritura, trazó el camino para esta innovación. Juntas, las intuiciones de Barbier y el ingenio perfeccionador de Braille dieron vida a una transformación epocal en la comunicación táctil.

Bibliografía

  • Campsie Philippa - Charles Barbier. A hidden story
  • Henri Pierre - La vie et l'œuvre de Louis Braille
  • Streit Jakob - Louis Braille

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